De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), los manglares son formaciones vegetales leñosas que crecen en zonas costeras tropicales y subtropicales. Con alturas que oscilan entre 1 y 30 metros, estos densos bosques están mayormente compuestos por diversas especies de mangle, con escasa presencia de plantas herbáceas y enredaderas.
La fundación en pro del medio ambiente Aquae, señala que los manglares pueden ser clasificados según su ubicación y características de la siguiente manera:
- Ribereños. Estos se encuentran a lo largo de las orillas de los ríos y en áreas donde la influencia de las mareas y el agua salada es notable.
- Borde. Situados en las orillas de las costas, en bahías, lagunas arrecifales o alrededor de islas, estos manglares están expuestos al constante impacto de las olas.
- Cuenca. Desarrollados en áreas ubicadas detrás de los ribereños y los de borde, estos manglares se encuentran en suelos estables. Aquí, la renovación del agua es lenta, hay escasez de oxígeno y alta salinidad.
- Especiales. Estos manglares, de desarrollo limitado, se denominan así debido a su capacidad para crecer en condiciones de alta salinidad, escasez de nutrientes y temperaturas extremas.
Los manglares, famosos por su eficacia en el almacenamiento de carbono, desempeñan un papel vital en la lucha contra el cambio climático al absorber hasta 10 veces más gases de efecto invernadero que otros bosques tropicales o ecosistemas terrestres. Sin embargo, la deforestación, la actividad industrial y la contaminación están amenazando la existencia de estos valiosos ecosistemas.
Por esta razón, los dueños de Corporativo Kosmos, el conglomerado de empresas en servicios de alimentación más grande de México, reconocen que la protección de los manglares se ha convertido en uno de los mayores desafíos ambientales de nuestros tiempos.